miércoles, 29 de octubre de 2014

Mucho que demostrar

21:11. Sentado en un banco de la estación de tren. ¿Qué hago yo por aquí? Ni yo mismo lo sé. Ya oigo al tren llegar, a pesar de tener los auriculares gritandome al oído. No sé porque, pero me ha apetecido escribir ahora. Quizás sea porque tengo mucho que contar, o quizás no. Creo que no tengo mucho que contar, sino que demostrar. Tengo ganas de soltar todo lo que llevo dentro, pero de forma distinta. Lo que antes haría a gritos, ahora prefiero hacerlo brindando una sonrisa a la persona que me hace feliz. ¿Qué bonito suena verdad? Y es que para quien no me conozca aún, soy un sensiblon, una maricona como me llama la persona que cada día consigue que sonría. A esa persona le debo esa sonrisa que tanto se merece. Pero soy un tío que se conforma con muy poco si viene de otra persona, pero soy muy inconformista cuando yo hago algo por alguien. Podrán regalarme una sonrisa, que yo les devolveré las sonrisas de todo el mundo. Por suerte, por la mejor suerte del mundo concretamente, tengo a alguien a quien regalarle esas sonrisas, ya que las que día a día aparecen en mi cara son gracias a ella. Y como no, millones de gracias. Ya llegué a mi destino.
Nada más por hoy.

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